En estos días que el Presidente de Gobierno reflexiona sobre si congela o baja los sueldos a los funcionarios, y que será un ejemplo que enseguida tomaran como ejemplo a seguir los empresarios, he revisado algunos de los costes de la economía española.
Va a cumplir 10 años la entrada del euro, y en este tiempo la cesta de la compra ha subido de media un 48%, porcentaje que contrasta con la subida media de los salarios en el mismo periodo que ha sido de un 14%, lo que equivale a decir que las economías domesticas se han empobrecido, mientras el Gobernador del Banco de España y la CEOE no dejan de clamar por una bajada de los costes salariales. Quieren que seamos mas pobres aun.
Los costes laborales de la economía española solo en el tercer trimestre del año han sufrido un retroceso del 1,3%, un descenso que cuadruplica el descenso experimentado en la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) y a la vez los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha) cifran en 9.500 millones anuales la reducción al 20% del Impuesto de Sociedades que anuncio el Presidente de Gobierno, Mariano Rajoy en el discurso de investidura.
Mientras tanto el vicepresidente de la CEOE y presidente de la de la patronal madrileña CEIM, Arturo Fernández no deja de clamar por rebajar los costes de despido "no contratan con 45 días de indemnización por despido". La pregunta es si quieren despido mas barato para contratar o para despedir. Y mientras tanto los empresarios tranquilos en las negociaciones con los sindicatos, el Presidente de Gobierno Mariano Rajoy ya ha mostrado su disposición a llevar a cabo las propuestas de los empresarios en los campos de contratación y negociación colectiva, en resumen si no hay acuerdo, legislaran al dictado de la CEOE ¡genial!.
Por otra parte y según la Universidad Autónoma de Madrid los salarios pasan de representar un 49,6% del total de la renta nacional, en el año 1996, hasta el 46,4% en el año 2006, con una disminución acumulada de 3,2 puntos porcentuales. Los asalariados disponen cada vez de menor trozo de la parte del pastel, y si ellos pierden tamaño de su trozo ¿Quién lo gana?
¿Y ahora que hacemos…? Nos seguimos callando y dejando que los doberman sigan ladrando mientras comen más pastel o por el contrario defendemos un reparto mas justo de la tarta, si hay que apretarse el cinturón, que seamos todos y sobre todo que se le aprieten aquellos que causaron esta situación que no han sido los asalariados…
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